Retener  clientes es un arte. Implica distinguir sus necesidades, determinar  cómo satisfacerlas, diseñar productos y servicios acordes a éstas, y  desarrollar programas de seguimiento constantes, entre otras  habilidades. Pero… ¿con qué alcances y bajo qué términos se puede llegar  a retener al cliente?
      
     
     
La  “revalorización” del cliente, de lo que se ofrece y cómo se ofrece  implicará el eje central del éxito final de toda retención del cliente  orientada a la obtención de la fidelidad del mismo hacia nuestro  producto y por ende, nuestra empresa.
 
 
 
Cuesta muchísimo menos retener a los  clientes que ya se tienen, que salir a buscar clientes nuevos. Dos  tercios de los clientes que se alejan lo hacen porque se sienten  descuidados, no apreciados o ambas cosas.
 
La mayoría de las empresas están tan  ocupadas en encontrar nuevos negocios que no les prestan la debida  atención a sus clientes, o, lo que es peor, los dan por descontados.
 
 
 
Esto parece ser una tendencia,  preocupante, por cierto. La capacidad de retener a los clientes es una  de las maneras más efectivas, desde el punto de vista de  costo-beneficio, de hacer crecer un  negocio. Sin embargo, demasiadas  empresas ocupan más tiempo y  recursos buscando nuevos negocios que  cuidando los que ya tienen.
 
 
 
¿Por qué ocurre esta desconexión?
  
En la mayoría de los casos, esta  situación ocurre 
 por una falla de enfoque. La mayoría de las empresas  comprenden la importancia de retener a los clientes, pero no lo  convierten en una prioridad y/o  no  habilitan los sistemas y  procedimientos para que ello ocurra con   regularidad. La retención del  cliente implica algo más que un programa o una iniciativa de gerencia;  debe ser un elemento central de la manera de encarar un negocio.
 
 
 
¿Cómo mantener los clientes que ya  tiene? Aquí presentamos el diseño de un proceso de tres pasos:
 
 
 
1. Haga un seguimiento de sus  clientes
 
La retención del cliente comienza por  prestarle la debida atención a los que ya se tienen.
Esto puede incluir:
 
- Tarjetas de saludo para los cumpleaños y para las fiestas.     
 - Invitaciones a ventas y eventos especiales.     
 - Diferentes técnicas para conocer la opinión del cliente  (por ejemplo,  encuestas de opinión con franqueo pago después de cada  compra o  encuestas a los clientes perdidos).     
 - Cartas de disculpas a los clientes que hayan reclamado o  tenido una  mala experiencia.     
 - Anuncio de nuevos productos y servicios, horarios nuevos,  nuevos empleados, nuevos lugares de atención, etc.     
 - Circulares con información sobre tendencias de la  industria, el negocio del cliente y/o su vida personal y profesional.      
 - Pedidos de recomendados. 
 
 
 
 
La clave está en tener establecido un  sistema de modo que los distintos aspectos del seguimiento de clientes  ocurran automáticamente. Es fundamental tener en cuenta que el  seguimiento de hoy es un pago por adelantado para el futuro. Al  mantenerse en contacto con sus clientes de manera regular usted está  invirtiendo en las ventas, el crecimiento de su empresa, la retención  del cliente, la posibilidad de obtener recomendados y los beneficios.
 
 
 
2. Segmente a sus clientes
 
  
Las empresas inteligentes dividen su  base de 
 datos de clientes en tres categorías diferentes: 
 
20 por ciento bajo, 60 por ciento medio  (clientela estable) y 20 por ciento alto (clientes VIP).
 
Lo que es más importante, también  indican las características y los patrones de compra de cada segmento y  usan esa información para dirigir sus esfuerzos de venta, de publicidad y  de retención del cliente.
 
 
 
Para identificar el 20 por ciento bajo  pregunte: ¿Cuáles clientes dejan los menores beneficios? ¿Cuánto tiempo y  recursos insumen? ¿Vale la pena tenerlos?
 
En la mayoría de los casos, el 20 por  ciento más bajo generalmente cuesta más de lo que vale. Son los clientes  que más se quejan, los que esperan más servicios, pelean el precio y  compran menos por márgenes menores. Ante la duda, lo conveniente es  replantearse despedir a esos clientes.
 
 
 
Para determinar el 60 por ciento medio,  pregunte: ¿quiénes son nuestros clientes estables? ¿Qué perfil  demográfico, geográfico, psicológico tienen? ¿Podemos lograr que nos  compren más? Si creemos que sí, ¿cómo podríamos conseguirlo?
 
 
 
Finalmente, identifique y trace el  perfil del 20 por ciento más alto, los clientes VIP. ¿Qué  características, atributos o requisitos específicos los diferencia de  nuestros clientes estables? ¿Dónde están situados? ¿Por qué compran más?  ¿Qué problemas les resolvemos? ¿Por qué hacen negocios con nosotros?
 
            
 
Para evitar que sus clientes VIP  sean seducidos por otras praderas, le sugerimos:
 
- Déles acceso directo a los gerentes jefe de su empresa.     
 - Ofrezca servicios gratuitos.     
 - Jamás los decepcione. 
 
 
 
 
Ponga todo su entusiasmo en retener a  sus clientes VIP. Conviértalo en la prioridad, en la estrategia de su   empresa. Pregunte constantemente: “¿Qué más podemos hacer? ¿De qué   manera podemos ofrecerle un mejor servicio? Empéñese en comprender a sus  clientes VIP, resuélvales problemas, hágales más fácil la vida y  ahórreles tiempo.
 
 
 
3. Déles lo que desean tanto a sus  clientes estables como a los clientes VIP.
 
El paso tres suena obvio. Sin embargo,  observamos que muchas compañías les ofrecen a sus clientes todo menos lo  que realmente desean.
 
 
 
Por ejemplo, los clientes suelen decir  que quieren la mejor calidad al precio más bajo. En verdad, lo que la  mayoría desea es una calidad razonable a un precio justo y honesto, lo  que significa precios bajos en general. No necesariamente los más bajos,  pero no altos y bajos todo el tiempo.
 
 
 
A los clientes también les gusta que el  proveedor sea predecible. Hay empresas que no siempre tienen el precio  más bajo, pero siempre tienen precios bajos. No confían en  liquidaciones, cupones o descuentos especiales para atraer a sus  clientes, sino que día tras día los clientes saben que van a ahorrar más  si compran en esas empresas.
 
                                                        
 
Entonces, ¿qué es lo que los clientes  realmente quieren?
 
 
 
En general,  los clientes minoristas  quieren:
 
 
 
- Una buena experiencia en todos los  casos.
 
- Ser tratados con respeto y dignamente.
 
- Comodidad y ahorro de tiempo.
 
- Vendedores honestos que conozcan su  tarea.
 
- Acceso fácil a los productos que  quieren.
 
- Precios justos y honestos.
 
 
 
Los clientes de empresa a empresa  quieren un vendedor que:
 
 
 
- Los conozca y conozca sus necesidades.
 
- Ofrezca una cierta forma de relación y  personalidad.
 
- Demuestre su reconocimiento y aprecio  por tenerlos como clientes.
 
- Los trate como seres humano.
 
- Ofrezca soluciones a medida para  necesidades individuales o únicas.
 
- Entable un diálogo fluido.
 
- Pida comentarios sobre la gestión y  responda a las preocupaciones y problemas.
 
 
 
Como guía de los esfuerzos  específicos de su empresa para retener a sus clientes, pregunte:
- ¿Qué quieren realmente nuestros principales clientes y clientes  VIP?     
 - ¿Qué problemas necesitan solucionar?     
 - ¿Qué beneficios o resultados están buscando?     
 - ¿Qué nivel de calidad es suficiente para ellos? 
 
 
 
 
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